Corren tiempos en los que los conocimientos son abundantes y
volátiles, ya no es posible mantenerse impasible ante tantos cambios; lo que
ayer fue una verdad, hoy no lo es; lo que ayer era una seguridad, hoy es una
duda.
La educación actual debe lidiar con ese escenario donde lo
aprendido no debe ser letra grabada en piedra, un escenario donde el
pensamiento crítico se imponga sobre la enseñanza memorística y se fomente el escepticismo
constructivo.
Un alumno con un pensamiento crítico será capaz de cuestionar
y encontrar respuestas preguntas sobre su aprendizaje y sobre lo aprendido,
arribar a soluciones y conclusiones ajustadas al criterio común, idear nuevas
soluciones y comunicarlas efectivamente.
El pensamiento crítico en el aprendizaje logra que un
estudiante entre en un constante desaprender
y aprender, logrando personas con una vida más productiva, más responsable y
más armoniosa.